martes, 15 de febrero de 2011

Salto


qué caprichoso viaje en el tiempo. para cometer el mismo error nos cobraron más cara la tarifa.

evadimos todas las preguntas, dimos por sentado todos los reclamos.
los ojos empolvados y dispuestos no necesitaron argumentos.
la voz prefirió esconderse en el aroma. esa loción tuya, tan suave, tan poco varonil, el tabaco, el olor a cuerdas viejas, a sombrero sucio.
el calor de tu cicatriz cerrando los poros de mi esapalda. esas manos.
ah! ya me acordé de... suspiraste.
el sabor.
tu vista celosa de la vanidad de mi lengua en el espejo. ese sabor.
la sal que era sólo mía aunque fuera de todas las demás.
tus nervios apretados latiendo a cuatrocientos cuarenta ciclos por segundo.
la vieja sonrisita del cielo cuidando la peligrosa e infructífera misión.




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