Lloré dos semanas seguidas, a ratos, con poquitas lágrimas y sin dejarme ver.
Parece que me extraña y me busca quizá con un poco de lástima. Yo trato de rodearme de otras personas en otros contextos.
El sábado me acordé de alguien, no lo conozco bien y sólo nos hemos visto tres veces. Lo pensé con intensidad y lo busqué con la mirada sin sber por qué. Apareció, atrás de mí, a menos de un metro, en medio de ochentamil personas.
Me sonrió con calidez y mantuvo una rato sus manos sobre mis hombros.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRYyzEWw-6wHkXatzA-g8JkycZWoBAt4rI6DYNmPb_Y3dpeOf0A8IYUNM3yh4G2B8Rc5vN0yE6_f8mKDUFmhiR9B5zKIiBNlCRDOTbynPTbVRGjqYZuYlbo7l0nWP5hpO14gXGJ92HY8w/s1600/ffc01eba-7544-4c18-b169-1c4beb994fc4.jpeg)
Necesitaba un evento fugaz de los que no prometen absolutamente nada y hacen hormiguear los pedazos del corazón.
No me quedé vacía y todavía confían en mí las casualidades.
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